URZ 
        ("Asociación para el Estudio y Protección de la Naturaleza”
Aparecido 
        el Domingo 17 de septiembre de 2004 en el Diario de León.
Sección: 
        Tribuna
La 
        nueva legislación estatal y europea en materia energética, junto al perfeccionamiento 
        de los equipos productores, ha despertado el interés de las empresas por 
        el aprovechamiento de la energía eólica en León. La polémica sobre la 
        instalación de parques eólicos que, desde hace ya varios años, afecta 
        a las zonas con mayor potencial eólico del país (Islas Canarias, Valle 
        del Ebro, -Estrecho de Gibraltar y costa de Galicia) ha llegado a nuestra 
        provincia. Cada pocos días se suceden noticias sobre nuevos proyectos 
        y el rechazo que provocan en algunos ayuntamientos vecinos, determinados 
        partidos políticos, y sobre todo, grupos ecologistas. 
Pero 
        después de años y años, de solicitar desde el movimiento ecologista, una 
        apuesta decidida por las energías renovables como alternativa a los combustibles 
        fósiles y a la energía nuclear, y como solución a los enormes problemas 
        ambientales que estas fuentes de energía generan, ¿Dónde reside el problema?, 
        ¿Entonaba el ecologismo un cínico sí a las energías renovables que se 
        traduce en un no rotundo a casi todos los proyectos concretos?. Como en 
        tantas otras ocasiones, la óptica exclusivamente monetarista de las empresas 
        y la dejación de funciones de la Administración, que defiende exclusivamente 
        los intereses de éstas, amenazan con desvirtuar una de las viejas aspiraciones 
        del ecologismo. 
La búsqueda 
        de una rentabilidad brutal,   
        hace a las empresas del sector apostar por grandes instalaciones 
        de potentes, alrededor de un megavatio, y numerosos aerogeneradores, hasta 
        72 en algunos casos. Esa misma rentabidad las lleva a situarlos únicamente 
        en las zonas de mayor potencial eólico, zonas con velocidad media de aire 
        a 45 metros del suelo superior a 7 mls, que coinciden con los cordales 
        de montes y montañas que por su relieve mantienen una gran calidad ambiental. 
        
Por su parte 
        la Junta de Castilla y León- con la publicación el pasado 26 de abril 
        del Plan Eólico Provincial, documento que pretende ordenar adecuadamente 
        la explotación de la energía eólica, incide en la misma línea que las 
        empresas. El citado plan prevé la instalación en la provincia de León 
        de 34 parques eólicos con una potencia total de 520 Mw. y que se distribuirán 
        de la siguiente forma: 4 en el Bierzo, 6 en la Montaña Leonesa, 2 en Omaña, 
        13 en Montes de León y 9 en la Cabrera. En la actualidad ya hay publicada 
        más de 60 solicitudes de parques eólicos, todos ellos de gran envergadura 
        pues superan los 9 aerogeneradores y mucho nos tememos que cuando se seleccionen 
        los 34 proyectos definitivos se apueste, por los mayores, de hasta 72 
        molinos. También en este documento se limita esta actitud a empresas con 
        una determinada capacidad financiera y se descartan las zonas con un potencial 
        eólico por debajo de los 6 m/s, lo que incide de nuevo en un política 
        de grandes instalaciones. 
Se echan 
        de menos referencias a la producción a pequeña escala, al autoabastecimiento 
        y a generado- res de menor potencia, capaces de producir energía con velocidades 
        de viento bajas y habituales. Se transforma una fuente de energía extensiva 
        e ilimitada por definición, en una fuente localizada y limitada. 
Otro aspecto 
        interesante de este documento es la clasificación de la provincia, según 
        su sensibilidad ambiental para recibir estos proyectos, en cuatro Categorías: 
        zonas de sensibilidad extrema, alta, media y baja. Sin entrar demasiado 
        en lo acertado de la zonificación, se echan en falta en la zona de sensibilidad 
        extrema algunas de las Áreas Importantes para las Aves (IBAS) inventariadas 
        por la SEO, y que la Comisión Europea ha recomendado sean declaradas como 
        ZEPAS (Zona de Especial Protección para las Aves), bajo pena  
        de incumplimiento de la Directiva Aves. De cualquier forma este 
        punto es una mera declaración de intenciones y no es vinculante, de manera 
        que en la práctica se deja abierta la posibilidad de instalar un parque 
        cólico en cualquier punto de la provincia. 
Con esta política las empresas y la Administración convierten a los parques eólicos en actuaciones muy lesivas con el medio ambiente, y a la energía eólica en una energía realmente dura. El impacto ambiental de estas instalaciones se puede catalogar en cinco tipos:
1.- Vías 
        de acceso: la construcción en zonas hasta ahora no explotadas obligará 
        a la apertura de nuevas carreteras y pistas. 
2.- Infraestructuras 
        eléctricas: el propio Plan Eólico Provincial establece una estimación 
        de 231 Km. de nuevas líneas y 17 subestaciones eléctricas. 
3.- Ruido: 
        el funcionamiento de un aerogenerador lleva aparejado un cierto nivel 
        de ruido mecánico y aerodinámico 'que afecta una zona de 500 m de radio 
        alrededor del mismo. 
4.-Alteración del paisaje: los aerogeneradores de 1 Mw. son estructuras de 45 m de altura, que situadas en zonas de elevada altitud, pueden originar grandes impactos visuales en zonas de elevada calidad ambiental.
5.-Daños 
        sobre las aves: ubicaciones inadecuadas pueden ocasionar daños por colisión 
        o electrocución sobre determinadas especies. 
 
La 
        producción de energía es, una de las actividades humanas con mayor impacto 
        ambiental , es indudable que hace falta una nueva política energética 
        capaz de generar alternativas a los combustibles fósiles y a la energía 
        nuclear. 
Pero consideramos que la forma cómo se pretende explotar la energía cólica en la provincia de León no es la correcta. Así las cosas, desde Urz no tendremos más remedio que estudiar con detenimiento todos los proyectos y oponernos a muchos de ellos. Pero debe quedar claro, que esta oposición, de igual forma que sucede con las minicentrales, es a proyectos concretos y sobre todo a, una determinada política energética, y no a las -energías cólica o hidráulica. Esto sería una grave irresponsabilidad, pues las energías cólica e hidráulica, junto a la solar térmica y fotovoltaica, están destinadas a jugar un importante papel en el futuro, cuando además de energías renovables logremos convertirlas en energías blandas.

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